A Margarita Saldaña, de Azcapotzalco; Alfa González, de Tlalpan y Luis Gerardo Quijano, de La Magdalena Contreras, les abuchearon y rechiflaron cuando los presentaron.
Glorieta de Colón
“Ojo por ojo, diente por diente”, reza el pasaje bíblico. Y Morena revira. En Xochimilco, habitantes de barrios y pueblos originarios ya están juntando las 35 mil firmas que se requieren para convocar a la revocación de mandato del alcalde de Morena, José Carlos Acosta. Además de ser la Demarcación con mayor percepción de inseguridad según el INEGI, alegan represión, y como muestra la golpiza que en diciembre propinaron granaderos contra pobladores de San Gregorio, que exigían su derecho al agua. Necesitan que vayan a las urnas 140 mil personas. Los de Morena ya van por la destitución del panista Mauricio Tabe, de Miguel Hidalgo, y supuestos ciudadanos pidieron al Instituto Electoral de la Ciudad de México informe con claridad cuáles son las reglas para la revocación de mandato en esta Alcaldía. Si siguen por la ruta de la Ley del Talión, todos se van a quedar ciegos.
Abuchean a ediles
Ahora que Claudia Sheinbaum anda de gira por todas las alcaldías, más de uno se pregunta por qué tendría que armar todo el montaje de un acto de campaña, con vallas, templete, seguridad, que la coloca más distante de la gente, contrario a lo que pregona. Dice que va a escuchar al pueblo, cuando en realidad emite un discurso unidireccional, en el que se sigue colgando de la imagen y estribillos de su jefe político, el presidente López Obrador. Y encima de todo, su gente maltrata a los alcaldes de oposición que en un gesto de amabilidad y cordialidad política aceptan acompañarla en sus mítines. A Margarita Saldaña, de Azcapotzalco; Alfa González, de Tlalpan y Luis Gerardo Quijano, de La Magdalena Contreras, les abuchearon y rechiflaron cuando los presentaron. Todo el sello del secretario de Gobierno, Martí Batres, a quien en 2011 el entonces jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, lo corrió de la Secretaría de Desarrollo Social porque le organizó una rechifla y abucheos. No queda claro si estás giras le van a servir a Sheinbaum para rescatar la CDMX, pero de lo que no hay duda es que obedeció al jefe.
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