Al recordar lo que llamó fraude electoral de 2006, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum se refirió a éste como un lamentable episodio de traición a la patria, pero olvidó mencionar el robo electoral de 1988, sin el cual su trayectoria política sería impensable, lo mismo que la del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador.
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