Monreal le gana otra a Sheinbaum

Monreal le gana otra a Sheinbaum

Ricardo Monreal como una “corcholata” oficial del presidente Andrés Manuel López Obrador para 2024 no sólo es otra derrota política para la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, sino también para Marcelo Ebrard y Adán López.

Mensaje Político

Alejandro Lelo de Larrea

La inclusión de manera muy seria de


Ricardo Monreal como una “corcholata” oficial del presidente Andrés Manuel López Obrador para 2024 no sólo es otra derrota política para la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, pues la decisión viene precedida de que las aspiraciones de ella y del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, parecen haber sido arrolladas por el Metro, además de que Adán López no levanta en las encuestas.

El coordinador de los senadores del partido oficial se coloca ahora como el caballo negro de la contienda por la candidatura presidencial de Morena, en un escenario en el que puede ser el amortiguador del choque de trenes que ya se ha dado en la dura polarización política nacional, que sin duda se agudizará en los próximos meses conforme se acerque el proceso electoral del 2 de junio de 2024.

Ricardo Monreal acaso es quien mejor relación tiene con la oposición, al mismo tiempo que con el bloque de los moderados de Morena, aunque no lo quieren los duritos del partido, que son minoría en el panorama político nacional.

El oficio que envió el domingo Mario Delgado –presidente de Morena–, a todos los gobernadores emanados de este partido para que den cancha pareja a las cuatro corcholatas –incluyendo por vez primera a Monreal–no fue por voluntad de éste ni de los duritos del partido, que lo han difamado, injuriado y perseguido por vías institucionales partidistas y campañas negras en redes sociales. Se trató de una instrucción presidencial posterior a varios hechos contundentes que colocan de manera muy seria en la disputa presidencial a Monreal, y más en el contexto nacional que se está viviendo.

En menos de un mes, López Obrador pasó de vapulear a Monreal (sin llamarlo por su nombre), luego mandar un mensaje de no confrontación y ahora incluirlo en la carrera por la candidatura presidencial de su partido.

Hacia la tercera semana de diciembre, López Obrador mostró su molestia por el voto de Monreal en contra de su “Plan B” de Reforma Electoral, que a pesar de todo permitió que se aprobara en el Senado al dejar voto libre a los senadores que lo siguen. En su mañanera, el presidente usó la palabra “traidores”.

Días después, Monreal criticó la estrategia de seguridad federal, porque desde su óptica no ha dado resultados. El 29 de diciembre le preguntaron a López Obrador su opinión al respecto y dejó muy en claro que no iba a confrontarse con Monreal. Esto se dio el mismo día que instruyó a Sheinbaum que le parara a su campaña millonaria en la que desplegó más de 130 anuncios espectaculares por todo el país.

En más de 20 meses que los duritos de Morena se han lanzado contra Monreal, éste ha mantenido su postura de buscar la candidatura presidencial por este partido, sin haber sacrificado su autonomía e independencia, y también sin confrontarse con el presidente López Obrador, de quien ha reconocido su proyecto y dejado en claro que pretende dar continuidad en caso de ser el próximo presidente de la república, con el agregado de que buscará la reconciliación nacional.

Así, parece irreversible que Sheinbaum y Ebrard fueron arrollados por el Metro –la Línea 12 se le cayó a ella (dejando 26 muertos y otros 4 en otros accidentes) y él la construyó–, y Adán Augusto López no levanta en las encuestas. Y en este contexto, Monreal tiene un carril libre para rebasarlos como caballo negro en la carrera presidencial, en que la oposición aún no tiene una figura que parezca competitiva para 2024. Lo veremos.

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