Ayer que el presidente López Obrador acusó que la oposición no quiere ratificar a Ernestina Godoy al frente de la Fiscalía “porque exhibió sus chanchullos”, en realidad miente o en todo caso no tiene claro el diagnóstico político.
Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Ayer que el presidente López Obrador acusó que la oposición no quiere ratificar a Ernestina Godoy al frente de la Fiscalía “porque exhibió sus chanchullos”, en realidad miente o en todo caso no tiene claro el diagnóstico político.
La realidad ineludible es que la ratificación de Godoy la perdió en 2021 la entonces jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, porque fue reprobada su gestión en las urnas. Por ello los habitantes de la capital no le refrendaron el respaldo de 2018 y le entregaron a la oposición la mitad de la ciudad y también prácticamente la mitad de los legisladores. Por eso hoy votos en el Congreso no le alcanzan a Morena para ratificar a Godoy. En cualquier parte del país sería un suicidio político que la oposición acepte ratificar a una “fiscal carnal”. Incluso, los diputados de Morena votan casi todo en contra en las entidades que gobiernan PAN o PRI.
Si no hubiera sido Sheinbaum desaprobada en las elecciones, como en 2018, tendría los 44 de 66 diputados que requieren para ratificar a la Fiscal. Morena y sus aliados traen apoyo de 39 legisladores, varios de ellos doblegados mediante la extorsión con carpetas de investigación. No se ve que puedan conseguir un diputado más, ya ni con chantajes, porque si ceden Godoy les tendría otros cuatro años la guadaña en el cuello. Se le acabó, afirman de manera contundente.
Morena y Ernestina Godoy están retrasando la votación porque saben que no será ratificada y quieren ganar tiempo para construirse una protección. Parece claro que para ello cuenta con López Obrador, quien sabe que cuidarla a ella es blindarse a sí mismo, porque la puso a hacer el trabajo sucio desde la Fiscalía: perseguir a los adversarios políticos de la “4T. Sheinbaum no es ajena a ello.
Godoy tiene varias posibilidades de cargos públicos, cuya decisión está en manos de López Obrador. Tan no tiene prisa Morena, que ya hasta se les venció el término de 30 días que tenían a partir del 27 de octubre que envió la solicitud de ratificación el jefe de Gobierno Martí Batres. En realidad, Morena nunca va a subir al Pleno un dictamen si no está seguro de tener la mayoría de dos tercios, porque no va mandar al matadero a Godoy.
La semana pasada publiqué en este espacio la posibilidad de que Godoy sea ministra de la Suprema Corte, lo que fue retomado por otros medios en los últimos días. Por eso le queda bien a Godoy esperar a que en el Senado le rechacen al presidente dos ternas –la primera ya casi–, y entonces tenga la posibilidad de designar él de manera directa a la nueva ministra. Sería demasiado premio para Godoy, pero también reúne el perfil que a AMLO le gusta: acata órdenes de manera incondicional. Los dos rechazos en el Senado se concretarían alrededor del 15 de diciembre, por lo que a partir del 16 López Obrador puede designar directo nueva ministra. Si llegan a tal plazo, los legisladores de oposición tendrán que permanecer en la CDMX y estar alertas, porque Morena podría darles un madruguete convocando a un Periodo Extraordinario y ante la eventual inasistencia de diputados de oposición, podrían alcanzar dos tercios de los presentes.
Pese a lo anterior, parece un hecho que Godoy no va a ser ratificada y no hay condiciones políticas para que el Congreso designe nuevo Fiscal, por lo que a partir del 10 de enero quedaría a cargo de la Fiscalía quien ocupe la Coordinación General de Investigación Territorial. Godoy podría designar alguien completamente sumiso a ella, aunque tendría muy estrecho margen de operación. ¿Qué tal el vocero Ulises Lara? Lo veremos.
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